LA ROMANA, ALBERTO MORAVIA


LUGAR:

Roma, Italia.

TIEMPO:

Obra ambientada en los duros tiempos de postguerra de la primera guerra mundial y finales de la época del fascismo italiano, modelo autoritario que va de 1926 a 1935.

PERSONAJES:

Principales: Adriana

Secundarios: La madre de Adriana, Gino Molinari, Gisella, Stefano Astarita, Giacomo ó Mino, Sonzogno, Padre Elías, Giacinti, Ricardo, Giancarlo amigo de Giacomo.


No había escuchado de esta obra, ni de su autor. Un gran lector me recomendó este libro y mi curiosidad me llevo a leerlo. Reconozco que al principio no me gustó, pero después creí entender la intención del autor de plasmar a través de sus personajes la conducta humana en la búsqueda del placer, la hipocresía moral de una sociedad, el sentido de la existencia, la búsqueda de Dios desde la visión de la iglesia católica de la época y las luchas de los seres humanos con sus circunstancias. 

La novela más que erótica es dramática, el trabajo sexual y las relaciones de Adriana con sus clientes se insinúan sin llegar a ser explícito. Es una ficción de la vida real. La protagonista es nuestra narradora en primera persona. Su estilo es sencillo. Su lenguaje descriptivo y ameno nos lleva a lugares, rincones y paisajes, observamos diferencias en las formas de vida de las clases sociales y la variedad de las personalidades de sus personajes que reflejan la naturaleza humana.

La historia es de una joven de gran hermosura, ingenua, ignorante, bondadosa, sincera, positiva, generosa, determinada, llena de vida, propósitos y sueños de una vida honesta, sencilla, ordenada y pulcra, en quien su madre ve la oportunidad de sacar provecho para salir de la pobreza.

Adriana, el personaje principal, comienza a los 16 años a posar como modelo de desnudos para pintores, luego a los 21 años se convierte en prostituta al dejarse llevar por las presiones de su ambiente, la desilusión de un amor, su moral de supervivencia, el gusto por el dinero y el deseo de independencia económica. Es una mujer muy observadora, sabe leer a las personas y busca complacerlas.

Tomado de la Biblia:

Ezequiel 16:15 (PDT)

» Pero empezaste a confiar en tu belleza, a prostituir tu fama. Sin ningún pudor te prostituiste con el primero que pasaba.

Ezequiel 16:38 (PDT)

Te juzgaré por adúltera y homicida, y te convertiré en un objeto sangriento de abuso y furia.

La madre, una mujer fría y amargada por su propia experiencia de vida, hace la vista gorda, avalando y animando las conductas de su hija en un ambiente degradante donde solo importa conseguir el dinero que da seguridad, comodidad y gustos a los que aspira.

El autor en la caracterización de los personajes, especialmente de Adriana, Gisella, la madre de Adriana y los amantes de Adriana, nos muestra lo complejos que somos los seres humanos, los aspectos psicológicos, las intrincadas personalidades con sus rasgos, el contraste de la burguesía y el pueblo humilde, la fortaleza frente a la debilidad de carácter, la doble moral, el sueño de un amor que salva y el amor no correspondido, el uso del poder, la crueldad, el egoísmo, las mentiras, el engaño, la indiferencia y la violencia frente a la bondad y al deseo de hacer lo correcto.

La lectura de esta obra es agradable, entretenida, con un claro hilo conductor, que nos lleva a la reflexión objetiva y sin prejuicios sobre la vida, el amor, la moral y la religiosidad.  Que fácil es aislar, juzgar, demeritar menospreciar y rechazar sin conocer al ser humano y las circunstancias que se convierten en razones o sin razones de las decisiones de vida y sus consecuencias.

Mateo 21: 32 (PDT)

32- Juan el Bautista vino para mostrarles el camino de justicia y ustedes no le creyeron. En cambio, los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. Ustedes los vieron cambiar a ellos, pero aun así ustedes no creyeron ni cambiaron.

Lucas 6:42 (PDT)

¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la pajita del ojo”, si ni siquiera puedes ver la viga que tienes en el tuyo? ¡No seas hipócrita! Primero saca la viga de tu ojo y verás mejor para poder sacar la pajita de tu hermano.

En letra cursiva azul se encuentran apartes de la novela que nos dejan ver el estilo narrativo del autor:

“Mi madre decía que, si mi cara era bonita, mi cuerpo era cien veces más bello. Un cuerpo como el mío, según ella, no se encontraba en toda Roma. Pero entonces yo no me preocupaba de mi cuerpo, me parecía que toda la belleza estaba en la cara, pero hoy puedo afirmar que mi madre tenía razón.” (pág. 3)

“Aquel pintor podía tener unos cuarenta años y era un hombre grueso, de aspecto alegre y pacífico. Yo sentía que él me miraba sin deseo, como un objeto, y esto me producía una sensación de seguridad.” (pág. 4)

“Pero la viudez de mi madre, su pobreza y, sobre todo, su hostilidad para con las distracciones de las que su suerte había sido tan avara, no me permitieron poner los pies en el parque de atracciones ni en ningún otro lugar de diversión hasta mucho más tarde, cuando ya era muchacha y mi carácter estaba formado.” (pág. 12)

“Cuando vuelvo a pensar en la muchacha que era yo, en mi bondad y en mi inocencia, no puedo menos de experimentar una gran compasión por mí misma, al mismo tiempo impotente y dolida, como cuando se leen en ciertas novelas las desventuras que le ocurren a un personaje simpático y uno quisiera evitárselas y sabe que no puede.” (pág. 25)

“Comprendí que haría lo que estaba diciendo. Porque si uno puede equivocarse sobre el sentido de unas palabras, no es posible errar acerca del tono de una voz.” (pág. 106)

“Pero yo, tan natural y tan sobria, siempre los he dejado en duda acerca de mi verdadera naturaleza, proporcionándoles así la ilusión de la aventura, cosa que ellos, en el fondo, buscan mucho más que la mera satisfacción de los sentidos. (pág. 170) 

“Pero aquella noche aún no había aprendido esa sutileza de mi profesión que consiste en captar a la primera ojeada algo simpático que haga menos desagradable el amor venal.” (pág. 191)

“–Y he ganado lo suficiente para pagar todos los plazos y el ajuar –añadí burlándome de mí misma–. Así, por lo menos, podremos casarnos sin deudas.” (pág. 200)

“En cambio, me dejaba caer de rodillas con tal violencia que a veces me dolían las piernas durante varios días y oraba brevemente: «Cristo, ten piedad de mí», en voz alta y desesperada. No era realmente una oración, sino una especie de fórmula mágica con la que pensaba disipar mi desaliento y volver a encontrar la realidad de siempre.” (pág. 230)

“Y realmente, a medida que contaba los detalles de mi historia, me parecía desembarazarme el alma de suciedad y sentirme más ligera y más limpia.” (pág. 393)

“Incluso empecé a plantearme la posibilidad de cambiar de vida.” (pág. 459)


Bogotá, Julio 2021



 

EL AUTOR Y SU OBRA

Alberto Pincherle nació en Roma, el 28 noviembre de 1907 y murió en Roma el 26 de septiembre de 1990. A sus 9 años se vio en la necesidad de confinarse por motivos de salud en su casa y en un sanatorio antituberculoso. Moravia es el nombre del abuelo materno. En 1941 se casó con la escritora Elsa Morante, en 1962 se separó de ella y se fue a vivir con la escritora Dacia Maraini. En 1986 se casó con Carmen Llera. 

No fue un estudiante regular, debido a los cinco años de recogimiento obligatorio. Su formación la adelanta a través de muchas lecturas, sus autores predilectos son Shakespeare, Molière, Goldoni, Stéphane Mallarmé, Dostoyevski y James Joyce. Su título en educación secundaria lo consigue con mucho esfuerzo luego de un año de estudiar en el Liceo Torquato Tasso. Producto de su encierro y experiencia, son sus novelas “Los Indiferentes” en 1929 y “Agostino” en 1944

Es un escritor del siglo XX reconocido y de gran popularidad por su fuerza narrativa, argumentativa y su visión realista y humana de la cultura italiana. Por su postura social antiburguesa, su política antifascista, las críticas a la iglesia evidente en muchos de sus escritos, fue censurado por el Vaticano, sus libros fueron prohibidos y se vio forzado a escapar de Roma a la que regreso tiempo después. Estuvo un tiempo en Estados Unidos. Viajó a la URSS en los ochenta, a Hiroshima en 1982. Representó a Italia ante el Parlamento Europeo desde 1984 hasta su muerte.

Trabajó en periódicos como Il Mondo, L´Europeo o Il Corriere Della Será, revista 900, La Stampa, la Gazzetta del Popolo, Il Popolo di Roma, L'Espresso con reportajes, críticas de cine, historias, cuentos y relatos. Fundó con Mario Pannunzio las revistas Caratteri, y luego Oggi. Moravia fundó la revista literaria Nuovi Argomenti.

SU OBRA:

  • Los Indiferentes (1929), relato en bloques teatrales que reflejan el carácter de los italianos de este tiempo y llevada al cine en 1964 por Francesco Maselli
  • La mascarada (1933), sátira sobre las dictaduras, situadas en Sudamérica.
  • L'imbroglio 1937, cuentos alegóricos y surrealistas para evitar la censura.
  • Agostino (1944), llevada al cine en 1962 por Mauro Bolognini como Agostino y la perdida de la inocencia.
  • La Romana, 1947, llevada al cine por Luigi Zampa en 1954, protagonizada por Gina Lollobrigida.
  • La desobediencia (1948)
  • El amor conyugal (1949)
  • El conformista (1951), llevada al cine por Bernardo Bertolucci en 1970.
  • La provinciale  (1952), llevada al cine por Mario Soldati.
  • Los cuentos (1952). Premio Strega.
  • El desprecio (1954), llevada al cine en 1963 por Jean- Luc Godard
  • Cuentos romanos (1954), llevada al cine por Gianni Franciolini. Premio Marzotto.
  • La ciociara (1959), llevada al cine por Vittorio de Sica en 1960.
  • Nuevos cuentos romanos (1960).
  • El aburrimiento (1960), obtuvo reconocimiento internacional. Premio Viareggio.

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