DIAS DE INFORTUNIO, ANNIE MONTENEGRO


Es un libro precioso, tiene un diseño limpio y unas fotografías pertinentes muy bien escogidas que apoyan la lectura. Los cuentos surgen de historias, “chismes” o imagenería campesina, los que tiñe con su creatividad e imaginación narrativa dentro de una cruda realidad violenta que se vive en Colombia.

 

La intención de la autora es conmover, que volvamos los ojos al campo ese lugar que hemos olvidado, que nos es indiferente, donde no hay presencia del estado, donde las personas sufren penalidades, hambre, escasez, trabajos pesados, falta de cubrimiento de necesidades básicas como salud, educación, servicios públicos, techo digno y seguridad de sus bienes y sus vidas.

 

El campo ha cambiado. La realidad dolorosa de la violencia y el abandono ha obligado a los campesinos a emplearse como jornaleros, a emigrar de sus tierras o a alquilarlas para otros tipos de cultivos, porque estos si son rentables y encuentras vías de comercialización.

 

Tuve el honor de participar en el club de lectura “Marginalia al viento de la Biblioteca Centenario de Cali” donde leímos tres de los cuentos de este libro, con la presencia de Annie Montenegro y sólo puedo decir que la obra refleja su sencillez, su gran amor por el campo y la coherencia con su forma de pensar y dar lo mejor de ella a los demás, es una persona muy generosa. Hace una labor muy bonita en una escuela rural, trabajando con niños, eso es hacer la diferencia. Dios la ayude hoy y siempre. En este libro hace un homenaje a su abuela, mucho del lenguaje es tomado de su forma de hablar, espera transmitir sus ideas sobre el campo, donde se crio, y aportar con su trabajo porque hemos olvidado muchas cosas de verdadero valor.

 

LUGAR:

El Tambo, Cauca y Cali, Valle del Cauca. Colombia

 

TIEMPO:

Es una historia fratricida que viene ocurriendo desde el siglo XX y continua en el siglo XXI. Ocurrió, vuelve a ocurrir y no queremos que vuelva a ocurrir.

 

PERSONAJES:

Cada cuento tiene sus personajes principales y secundarios con los que desarrolla la trama

 

LA OBRA


1.     Nadie se ha dado cuenta o tómese uno que la cosa es fea.

 

Cuento finalista de VI premio nacional de cuento, organizado por la fundación la cueva, publicado en la antología “Patas de cucarrón y otros cuentos”.

 

La fotografía que acompaña este cuento es la de una pareja campesina, dispareja. Ella muy joven con actitud desafiante, el mucho mayor con el cansancio en el rostro y un ave de carroña que emula la muerte.

 

Empieza con la desaparición de Bernardo. El cuento esta narrado en primera persona, con tres voces la del papá de Bernardo, la de la esposa joven y la del compadre. Cada uno tiene una versión de las desgracias de esta historia. Es un cuento de infidelidad, vergüenza, muerte y un nuevo fruto de vida.

 

Al observar esta pareja solo veo una relación de conveniencia, dependencia, subsistencia, no de amor. La mujer es juzgada con dureza como si fuera la única culpable de lo sucedido, es quien engaña, quien arrastra al pecado. Se siente la impotencia de ella para dirigir su propio destino, percibo su rabia y sumisión como si no tuviera salida.

 

Me sorprende la actitud y la decisión del esposo. No esperaba ese final en el cuento, ¿pero tiene sentido? ¿Como piensan los hombres de campo, cuáles son sus valores?

 

En letra cursiva azul se encuentran apartes del cuento que revelan el estilo de la escritora:

 

“La vi tan linda, como cuando la conocí; toda una chiquilla arrebatada y bravísima.”

“Deme un aguardientico y tómese uno que la cosa es fea”

 

2.     Antonio

 

Cuento finalista del V premio nacional de cuento organizado por la fundación La Cueva, publicado en la antología “Beber para contarla y otros cuentos”.

 

En este cuento la autora usa el narrador testigo, la foto es la de un hombre fornido, con barba espesa y sombrero, su mirada es agresiva y su postura violenta. La narrativa describe lo necesario para ubicarnos en los lugares, compartir los sentimientos de sorpresa y pánico y comprender la estrategia del temor que consigue resultados.

 

Hablan del robo de una paila que Antonio le robo a don Euclides, pero no entendí de que se trataba. La autora nos explicó que se trataba de la paila de cobre donde se procesa la panela, que es muy resistente y conduce muy bien las altas temperaturas. Destruir una de estas pailas es casi imposible. El precio de estas pailas de cobre es más alto si las venden como pailas y no como chatarra.

 

Esta historia tomada de la realidad nos traslada al lugar, nos muestra el comportamiento humano y la malicia indígena en una lucha por sobrevivir en circunstancias adversas. La autora nos explica que en el campo muchas de las diferencias y los reclamos entre vecinos son dirimidos por la guerrilla, gente ruda acostumbrada a tratos violentos, que deciden sobre los castigos, la vida y la muerte.

 

Nos habló también de raspachiles, un trabajo en el que se emplean niños que consiste en halar todas las hojas de una rama en la recolección de coca. Esto provoca heridas, les destroza las manos.

 

La narrativa es cruda, realista, intensa con una gran riqueza en el lenguaje, a pesar de que relata hechos violentos su tono es suave, su ritmo se va acelerando a medida que avanza la trama.

 

En letra cursiva azul se encuentran apartes del cuento que revelan el estilo de la escritora:

 

“—¡La piqué y se la llevé a Melquiades! Él la vendió en el mercado.”

“Había parado de llover y él dejó de llorar”

“Estamos de cosecha y hay bastante que raspar.”

 

3.     Tanto le ardía el corazón

 

Es un cuento muy intenso, que refleja mucha tristeza y dolor. La fotografía me encanta, esos ajíes formado un corazón y otro en la mano nos habla de represalia. Este cuento de infidelidad y venganza me sorprendió, es entender la forma diferente de pensar y de actuar de las mujeres del campo y de las mujeres de la ciudad.

 

Describe en forma muy precisa las escenas, las señales del infiel, el sexto sentido y el seguimiento de la ofendida, como planea la venganza en forma solapada, quien recibe el castigo y la magnitud de este. Vemos una rabia muy profunda, crueldad, machismo, intención de marcar territorio y de defender lo que considera propio.

 

Me gusta mucho el lenguaje con visos de influencia quechua y los recursos literarios que usa, entre otros:

 

Polisíndeton: “Y, pesada y ligera, placida y rabiosa”

Jigra: mochila tejida en fique como el que se usa para hacer los costales

Sibilino: Que es misterioso porque parece que encierra un secreto importante o que puede tener varios significados ocultos.

Cachimbo: árbol grande de flores color rojo-anaranjado.

 

En letra cursiva azul se encuentran apartes del cuento que revelan el estilo de la escritora:

 

“tanto le ardía el corazón que no sintió el vaho del ají.”

“La mujer, con un poco de esfuerzo, le sirvió la comida y se sentó a su lado, le mintió, le dijo que ya había comido;”

“El hombre, sorprendido, volvió los ojos sobre el camino; la mujer se incrustó al cachimbo.”

“—Mijo, pasó el Juancito, que se vaya rapiito donde su hermano, que El Colimocho tiene gusaniao un casco, que él tiene toda la medecina allá pa’ ponele, que vaya usté nomás a ayudale a curalo y a inyetalo.”

 

4.     Fustino

 

Cuento ganador del XVII Concurso Literario «Escritores Autónomos».

 

La fotografía es una pared en ladrillo, ennegrecida por el uso del carbón, unos tiestos ordinarios y maltrechos, un mesón sucio y vacío de alimentos. Una imagen que es el preámbulo de lo que vamos a encontrar en la lectura.

 

Este cuento relata el abandono del estado y la poca solidaridad frente a las necesidades, la enfermedad, la desprotección, la vulnerabilidad, el cansancio que se manifiesta en la vejez. Aunque nos cuenta una triste realidad del campo, también es un hecho para las personas de ciudad con pocos recursos económicos, o que han sido desplazadas por diferentes razones.

 

Violencia también es no compartir las bendiciones y mirar con indiferencia el hambre de los demás. Es triste su desenlace, impotencia, desolación, angustia de una espera sin fin, los que tienen mucho, los que no tienen nada, la falta de oportunidades, la pobreza extrema y un sabor de lamento infinito.

 

En letra cursiva azul se encuentran apartes del cuento que revelan el estilo de la escritora:

 

“Pero el berriondo estaba tan fiero que ni escuchaba razones ni se dejó explicar.”

“Temblorosa se cogió del marco y con esfuerzo levantó el pie de maso y lo puso del otro lado;”

“Que haría sin su Fustino, que si bien era toma trago, era el único que no había salido tras las faldas de una brincona para no volver acordarse de la mama nunca más.”

 

5.     Aquí tenemos la tierra

 

La fotografía que introduce este relato está en tonos sepia. Es un todoterreno Willys de uso campesino por su gran fuerza y resistencia en terrenos complicados, en un paraje solitario.

 

En Colombia sabemos lo que han sido los retenes de paramilitares o de guerrilla, me corre un escalofrió de pensar en caer en uno. Nuestros campesinos se encuentran en una encrucijada, su hospitalidad y compasión puede calificarse como colaboración con uno u otro bando. Siempre llevan las de perder en este conflicto que no propiciaron, en el que no creen pero que los envuelve, que los atemoriza, los obliga a desplazarse, a abandonar sus tierras y que en un momento puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

 

El relato va aumentando la tensión, los vecinos son solidarios, se siente la violencia y se espera lo peor.

 

En letra cursiva azul se encuentran apartes del cuento que revelan el estilo de la escritora:

 

“Sintió una punzada fría que le bajó desde la cabeza hasta el final de la espalda.”

“No quisieron bajar la loma con el sol del mediodía, esperaron hasta las cuatro.”

“Yo no soy de ustedes, pero si llegan armados y me llevan, yo me voy.”

 

6.     Habrá que seguir pegando carteles

 

Publicado en el libro Écheme el cuento. Antología diez años, con el título Qué vicio el tuyo de ponerme a recordar estas cosas. La imagen son carteles pegados en un muro con los datos y la foto de una mujer… desaparecida.

 

En este cuento dos amigas conversan, bueno, una habla, la otra se distrae hasta que escucha la historia del asesinato de un baterista de una banda metalera y la asocia con la desaparición de su prima que ocurrió hace doce años. La búsqueda en la que está empeñado el hijo de Catalina y la esperanza que no pierde. Es un cuento macabro, que me puso los pelos de punta, escrito con mucha gracia y con un lenguaje muy jovial.

 

“las palabras se corretean y parece que quisieran llenarlo todo.”

“Catalina, le decíamos Tali porque no tenía comienzo ni fin, dice mamá.”





Bogotá, marzo 21 de 2022


EL AUTOR Y SU OBRA

 

Nació en Popayán, Cauca en 1985. Licenciada en literatura, de la Universidad del Valle (Cali). Máster en Cooperación al desarrollo, de la Universidad Jaume I (Castellón, España). En 2015 hizo parte del taller de escritura creativa “Écheme el cuento”. Ha escrito obras de teatro, crónicas y cuentos. Docente de una escuela pública rural en Colombia.

 

“Deseo ser una escritora; este oficio me gusta, pero no disfruto hacerlo porque me es muy difícil. Escribo cuentos sobre la violencia en mi país (Colombia).”

https://clubdeescritura.com/perfil/72175/annie-giselle-montenegro-velasco/

 

Sus cuentos los escribe a partir de las historias que escucha, transformándolas y construyendo entre realidad e imaginación cuentos que mueven a reflexión.

 

SU OBRA:

 

Teatro:

Al alimón la obra 1928 (2013)

 

Cuentos:

·      Antonio (2016)

·      Tanto le ardía el corazón (2016)

·      Nadie se ha dado cuenta o Tómese uno que la cosa es fea (2017)

·      Que vicio el tuyo de ponerme a recordar cosas feas (2017)

·      Días de Infortunio (2018). Es la recopilación de seis cuentos: Nadie se ha dado cuenta, Antonio Tanto le ardía el corazón, Fustino, Aquí tenemos la tierra y Habrá que seguir pegando carteles.

·      En elaboración se encuentra un libro de cuentos sobre el conflicto armado en Colombia.

 

Premios y reconocimientos:

Finalista del V (2016) y VI (2017) Premio Nacional de Cuento (Fundación La Cueva). Ganadora del XVII (2018) Concurso Literario Escritores Autónomos y del Concurso Cuentos Cortos para Esperas Largas. Ha ganado dos becas de la Secretaría de Cultura de Cali: beca para la publicación de libros de literatura en formato impreso y beca de circulación en mercados culturales para ganadores de estímulos. 

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